30 jun 2010

Los bibliotecarios escolares son también educadores

Yo creo que los bibliotecarios somos educadores tanto los que nos desempeñamos en el nivel preescolar, como los que lo hacemos en el nivel universitario, pasando por todos los niveles educativos. El siguiente artículo apareció el 25 de este mes de junio, en el diario La Capital, de Mar del Plata:

"Para el nuevo titular del Cendie, Rafael Gagliano, los bibliotecarios deben rever sus funciones. Para eso propone algunas acciones.

"Los bibliotecarios son docentes", aseguró el flamante director del Centro de Documentación e Información Educativa -Cendie- que depende de la Dirección General de Cultura y Educación, Rafael Gagliano, quien dijo que los encargados de las bibliotecas están en un período de "giro antropológico". Esto -dijo-, implica que los bibliotecarios deben involucrarse en la labor educativa, hacer atractivos los recursos con que cuentan e involucrarse con los alumnos.

En diálogo con LA CAPITAL, Gagliano habló sobre la nueva labor de los bibliotecarios que por la mañana transmitió a una importante cantidad de ellos en la primera de cuatro jornadas de capacitación que organizó la Jefatura Distrital de Educación.

"Esta fue la primera de una serie de 4 reuniones tendientes a definir el rol, el perfil y la agenda de trabajo. Los bibliotecarios como docentes, educadores, no como técnicos puramente, sino como miembros plenos de la institución escolar en su condición de educadores", aseguró el director del Cendie.

- Esto es muy importante porque la figura del bibliotecario se tiene como esa persona que sólo entrega libros...
- El sentido es que es una profesión y actividad orientada a personas en formación: niños, adolescentes y jóvenes. No es simple ni fácil que alguien que se acostumbró a vincularse y relacionarse con cosas, aunque sean nobles como los libros, pase ahora a pensar sistemáticamente en términos de necesidades de personas, deseos de personas, desarrollos cognitivos y afectivos vinculados a personas que usan los textos para esos desarrollos. Por eso para los bibliotecarios esto es un giro antropológico.
- ¿Cómo lo toman a esto los bibliotecarios y sobre todo aquellos que ya tienen años de profesión?
- Como sucede en otros casos, con sus resistencias, con algunos reclamos como que nos piden mucho y nos dan poco. A esto no lo escuché hoy pero sí en otras oportunidades: "No nos prepararon para esto, no sabíamos que esto era lo que efectivamente queremos que sea". Es decir, las resistencias son normales para personas que han trabajado con mapas mentales que corresponden a otras décadas, a otros momentos, a otras infancias, a otras realidades de inclusión social y escolar de todos los niños y niñas. La biblioteca era un lugar de apoyo, que podía ser suprimida sin que ella lo sintiese y eso ahora es imposible. No es más un lugar de apoyo solamente y por el contrario no está en un lugar marginal sino central porque sus proyectos interactúan con otros de docentes de aulas, con la conducción, y con las propuestas propias de los bibliotecarios atento a la formación de los niños de acuerdo al desarrollo: es decir, son docentes.

Los cambios

- Usted ha enumerado algunas de las nuevas políticas del sector , ¿qué otras cosas son necesarias que los bibliotecarios sepan y vayan haciéndose propias?
- Hay un componente de su trabajo que es técnico y que debe administrarlo con idoneidad, con experticia, con conocimiento. Es decir, ellos tienen un horizonte de conocimiento que el puesto exige pero como toda experticia técnica puede devorarse al usuario y quedarse sólo en esa actitud pasiva de esperar que venga alguien a solicitar y en ese caso servirlo como corresponde, pero eso es una relación comercial no educativa. Sólo una parte es muy final y residual del trabajo del bibliotecario. En muchos casos el bibliotecario tiene que construir la demanda. El niño no va a pedir sino tiene una atracción y algo propicio para que lo que está ahí tenga vida y circule, etc. Por lo tanto ahí está el rol pedagógico de construir demanda, de crear ambientes propicios y de dar otras clases, distintas, complementarias y acumulativas respecto a la que da el docente de aula. Poder mostrar los recursos tecnológicos que la biblioteca dispone, si es que los tiene, los otros lenguajes como el cine, el arte, la literatura, y no solamente los libros de textos que los niños consultan por necesidad. Es decir, el bibliotecario muestra los otros lenguajes posibles pero en forma articulada con la demanda o la necesidad.

En el aula el niño ve las clases una a una, de lengua, de sociales, etc. En la biblioteca esos lenguajes tienden a unirse, a articularse y ser mostrado en su complejidad como unidad, como propuesta de trabajo. Esa es una ventaja enorme que tiene la biblioteca. Es ejemplar en términos de poner a los bibliotecarios como sujetos integrantes plenos de la escuela y de capacitación que es algo que fue históricamente olvidado. Es un elogio para la gestión de la jefatura distrital.

- Los bibliotecarios muchas veces se quejan de que los tienen un poco olvidados..
- Sí, es verdad, al igual que las bibliotecas. Pero se ha revertido la cosa y me parece que la tendencia, aunque todavía estemos en un lugar marginal, es reversible hacia una mayor visibilidad, exigencia y co-responsabilidad pedagógica con el conjunto de los otros actores. En este concepto ya no puedo mirar a los niños como que son sólo de los maestros de aula, sino que son también míos, y me conciernen y si ellos no aprenden como bibliotecario me siento interpelado y soy corresponsable. Es un término que yo tomo prestado de los derechos del niño que interpela a todos los adultos como corresponsables del resguardo y protección de sus derechos. No importa qué vínculo tengas con él sino que ese derecho no debe ser vulnerado.

experticia: prueba pericial

EB